miércoles, julio 04, 2007

Bueno, otra reflexión…

…Sigur Ros…

Supongo que tengo muchas cosas de que hablar…

Hace unos días desentrañaba la razón por la cual me gustaba tanto el minimalismo, dice Eric Christensen en un genial artículo que este estilo es construido por los compositores como un proceso determinado y cerrado (al menos en piezas tradicionales como piano phase o eight lines o come out de Steve Reich) en los cuales los procesos de transformación se despliegan con suma lentitud, y que, a diferencia de la música tradicional, tiene la cualidad de hacer patente cierta dimensión del tiempo la cual llama time of being (tiempo de estar o del ser), concepto del tiempo con el que se refiere al paso de eventos que son muy lentos y en los que no es suficiente la vigilia de nuestros sentidos, en su lugar es necesaria la memoria, en esta clase de tiempo se encuentran eventos como el día y la noche, las estaciones del año, el crecimiento de una planta, etcétera.

Personalmente veo que el minimalismo es un estilo de música en donde la periodicidad de sus eventos no solo son lentos sino que son demasiado predecibles, es decir, hay un concepto de transformación sin conflicto, en donde se pasa de un estado armónico (un estado sin conflicto) a otro sin percibir la diferencia; yo encuentro en esta propiedad una metáfora de cómo funciona la mente humana o la individualidad humana, es decir, el hombre se concibe único e indivisible, y esta univosisdad y particularidad cabe, también, la experiencia de vivir en armonía, es decir, nada que no este en nuestro sistema de ideas, conceptos o vivencia perturba nuestra persona y, como en el minimalismo, estas estructuras pueden llegar a ser pre determinadas, todas las líneas convergen en un propósito indivisible y unificado, aunque sus sincronías nunca son iguales (tienen fases distintas), el minimalismo bien se puede explicar como una metáfora del individuo que se experimenta a si mismo único y en armonía en el mundo.

… eso es lo que me hace sentir Sigur Ros, una inmensidad, esa sensación oceánica de la que habla Freud, todo encaja, todo es real e inmensamente hermoso; puedo ver el propósito de esta existencia, con tan solo dejarme llevar por las armonías, dejarme llevar por las parsimoniosa lentitud del cantante, todo es tan lento, tan predecible, tan bonito, no quiero sufrir más, llévame música a donde te de la gana, déjame inundarme en el mar de tus posibilidades, déjame sortear las vicisitudes en tu inmensa calma… oh San Brian Eno, se que invocaste a Apolo, no lo dejes venir… déjame escuchar unas cuantas rolas más…

Pero en la vida real, en el mundo cotidiano el individuo esta expuesto a una gran cantidad de torrentes de información y por extraño que parezca lo que expresa al reaccionar o enfrentarse a este mundo nunca es igual. El individuo debe reaccionar de múltiples y variadas formas al enfrentarse al mundo real. cómo lo hace, cómo toma sus decisiones, dónde reside ese conocimiento con el que actúa en lo cotidiano y que le ayuda a conquistar su mundo, yo aseguro que es el mundo creativo el que predomina en esta percepción temporal. Como en la improvisación de jazz es importantísimo reaccionar de manera asertiva, y entre más elementos o formas de reaccionar se tenga en la paleta decisiones se puede escoger una decisión más conveniente, o realizar una corrección de manera asertiva…

Por otro lado, un torrente de múltiples líneas pero que no tienen relación en su fase o en su distancia de frecuencia (son inarmónicas en un sentido estrictamente clásico) o sincronía bien puede ser la descripción del free jazz; si el minimalismo es una metáfora del ser que se vive en unidad y sin fragmentaciones, el free jazz es el medio ambiente donde reside dicho individuo, y es uno donde las posibilidades parecen ser in-rastreables, inmensurables, donde no es posible saber que sucede aún en el momento más sencillo.

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